TU ACADEMIA DE INGLÉS EN ALCALÁ DE GUADAÍRA
No, nosotros no te vamos a hablar de metodologías innovadoras o de sistemas milagrosos. Entre otras cosas, porque a estas alturas de la película ya está casi todo inventado; con la excepción de la aparición de nuevos soportes tecnológicos.
No hay atajos: el aprendizaje de lenguas requiere tiempo y dedicación, ¡simplemente piensa cuántos años tarda un niño en aprender un idioma! ¡Y está sumergido en él desde que nace, no sólo dos horas por semana!
Te vamos a hablar de lo que nosotros tenemos comprobado que da resultados y de por qué pensamos que hacer las cosas con sentido (sobre todo, con mucho sentido común) es lo que mejor funciona a la hora de aprender una lengua. En particular, te hablaremos del omnipresente inglés.
La versión corta de nuestro enfoque es esta:
•Énfasis en pronunciación. Aprender a pronunciar para entender mejor y tener más seguridad a la hora de hablar. Las clases se impartirán en inglés todo el tiempo que se pueda: tampoco tiene sentido utilizar sólo el inglés si la comprensión de los alumnos no es suficiente. No por forzar se aprende antes.
•Gramática contrastiva. Comparar la gramática, usar la lógica aprovechando al máximo el conocimiento que ya tienes de tu propia lengua. Así necesitaremos tirar menos de memoria.
•Poner el vocabulario en acción y siempre relacionando términos entre sí y con el español. La lectura y la escritura son también fundamentales.
•Invitar y animar a hablar. Una vez se vence el miedo y la frustración del comienzo, la sensación de ser capaz de expresar lo que quieres, y comprender lo que te dicen, es indescriptible.
¿Y si las clases son para niños pequeños?
Por supuesto, un niño de infantil, de primaria y un adulto no aprenden igual. Tampoco se adquiere igual una primera lengua que una segunda. Por lo tanto, el enfoque es otro, claro.
Con los niños más pequeños es interesante seguir una secuencia de adquisición del lenguaje más natural, centrándose mucho más en la pronunciación y vocabulario: clases 100% en inglés. Ni la concentración ni la lógica son puntos fuertes a estas edades, por ello las clases son más cortas con ellos hasta los 6 años (45 minutos) y la gramática a este nivel se enseña por mera práctica, como los bebés: canciones, juegos, escuchar, repetir, etc.
¿Por qué nos importa la pronunciación?
Una de las diferencias más distintivas entre idiomas es la variación en sonidos, en articulación, entonación.
Por otro lado, el lenguaje oral es de vital importancia y más natural que el escrito: los bebés aprenden el lenguaje escuchando y hablando, hay lenguas que no se escriben, la mayor parte del tiempo hablamos, etc. Sin embargo, ¿cuántas veces se insiste en este aspecto en el aprendizaje de idiomas? No nos referimos ya a escuchar, a ver películas o series, sino a aprender a pronunciar.
-¡¿Pero, es eso posible?!
La respuesta es que sí, sin duda.
-¿Y qué sentido tiene?
Si aprendes a pronunciar bien:
•te sientes más seguro al hablar.
•estás más relajado.
•te es más fácil identificar sonidos y sus secuencias y por tanto comprender lo que estás escuchando.
-¿Quiere decir esto que mi acento será como el de un nativo?
No, seguramente no, ni falta que te hace: hoy día hay mayor número de hablantes de inglés como segunda lengua que nativos: Schwarzenegger lleva montones de años viviendo en los E.E.U.U. con su fuerte acento austríaco y le va la mar de bien. Una cosa es el acento y otra la pronunciación, aunque a veces estén relacionados. Con una buena pronunciación, evitarás malentendidos y empezarás, gradualmente (tampoco es magia) a ver diferencias entre sonidos que antes te parecían iguales.
-Y entonces, ¿la gramática no es importante?
Por supuesto que sí, si queremos que nos entiendan correctamente.
-Bueno, pero ¿tengo que atiborrarme a aprender reglas gramaticales y tablas?
No y sí, pero pocas veces sí. ¿Cuántas veces te has leído el manual de un nuevo teléfono móvil? Aunque la comparación tiene trampa, lo cierto es que muchas veces el conocimiento que ya poseemos nos ayuda a enfrentarnos a un nuevo desafío como, por ejemplo, un idioma que no es el nuestro. Te contaremos un secreto: muchas de las formas verbales, estructuras y usos en español e inglés son equivalentes, aunque puedan no parecerlo.
-Pero, habéis dicho que pocas veces hay que aprender reglas y tablas de memoria…
Sí, si quieres aprender más rápido que un niño. Piensa en cuántos años pasan hasta que un niño deja de decir ‘rompido’ y te darás cuenta de que se tarda bastante menos en aprenderse la lista de verbos irregulares y no decir ‘breaked’.
–¡¿Y el vocabulario?!, ¡¿qué hacemos con el vocabulario?!
Practicarlo y relacionarlo. Hablar, utilizar el vocabulario en contexto, leer, escribir y, con algunos secretos que te desvelaremos, te darás cuenta de que ‘pie’ y ‘foot’ o ‘pez’ y ‘fish’ están mucho más cerca del español de lo que puedan parecer a simple vista. Y si además todo se desarrolla en un ambiente distendido y cómodo, es más fácil aprender.
Pasarlo bien, ¡por supuesto! ¡Pero aprendiendo!
¿Has llegado hasta aquí y tienes alguna pregunta?